Todo lo que no puede faltar en un típico carriel antioqueño
El guarniel, o carriel antioqueño es una cartera o bolso que se usa terciado, está hecho de cuero y piel de vaca y contiene múltiples bolsillos, (muchos de los cuales son secretos). En su esencia, conserva una de las piezas más representativas de las tradiciones antioqueñas, pues representa el objeto en el que los ganaderos, arrieros y campesinos que se trasladaban por este departamento, así como por otros como Caldas, Risaralda y Quindío, depositaban sus objetos más preciados durante largas travesías.
Los primeros carrieles antioqueños eran de tela o de cuero y tela, y llevaban bordado el nombre de los dueños en la tapa. Dueños que por tradición, necesidad o agüero, cargaban entre sus bolsillos objetos que aunque hoy podrían parecer absurdos, otrora sería un disparate no llevarlos consigo.
De acuerdo con hechoenjerico.com algunos de los objetos que no podían faltar en el carriel de un arriero eran:
Dinero: billetes, (incluso algunas veces grandes sumas de dinero) que los comerciantes de las poblaciones les confiaban para ser entregados a los mayoristas de las capitales, en pago de grandes remesas de mercancías.
1 of 14Una barbera: dado que no era bien visto presentarse desaseado ante los comerciantes de la plaza, los arrieros, después de varios días de penoso viaje, acostumbraban detenerse en alguna quebrada a la orilla del camino para asearse, peinarse y afeitarse.
2 of 14Un farolito: usualmente de tela, plegable, para alumbrar el camino cuando se les hacía de noche en el camino, y para alumbrar en la tolda.
3 of 14Una vela de cebo o grasa de vaca para iluminar el farolito.
4 of 14Un guardavela: el guardavela era un estuche pequeño de lata en la que el arriero guardaba la vela de sebo para que no se quebrara y se aplastara dentro del carriel ensuciando todo lo que iba en su interior.
5 of 14Dados y baraja española: para entretenerse o jugar tute mientras mientras venía el sueño.
6 of 14Cartas de amor: generalmente correspondencia de su novia o de un ser amado a quienes recordaban con cariño y nostalgia al releerlas.
7 of 14Un mechón de pelo de la novia: usualmente atado con una cinta rosa, y perfumada para recordarla; (tanto la carta de amor como el mechón de pelo, iban, naturalmente, ocultos en algún bolsillo “secreto”).
8 of 14Una pita enrollada y un pedacito de cabuya: por si acaso una carga se rompía en el camino.
9 of 14Una aguja de arria o aguja capotera: ésta no siempre iba dentro del carriel; en muchas ocasiones los arrieros la pegaban en la copa del sombrero y la utilizaban para sujetar el ala contra la copa, al estilo mosquetero.
10 of 14Una navaja capadora: servía desde para cortar callos, pelar alguna fruta o hacerle alguna intervención quirúrgica a algún compañero o animal.
11 of 14Tabaco para el viaje y una chamiza del fogón para encender los tabacos.
12 of 14Un pito de cacho de vaca: para anunciar su llegada a algún lugar o para llamar o hacer señales a sus compañeros.
13 of 14La estampita de la Virgen del Carmen, o un pequeño crucifijo. 🙏🏼
14 of 14Carriel de Jericó, tradición artesanal
El carriel jericoano, típico por contar con doce bolsillos y ser bordeado con los colores de la bandera de Jericó: amarillo y rojo; es un símbolo de este pueblo patrimonio de Colombia y un sello indeleble del departamento de Antioquia.
Un buen carriel debe estar hecho de puro cuero, piel de becerro, adornado con charol, de cinco fuelles y doce bolsillos y es un accesorio que se confecciona de forma totalmente artesanal como un trabajo heredado de los primeros habitantes.
El carriel es sin duda, una de las artesanías colombianas más solicitadas por los visitantes de Jericó, que encuentran en este producto el mejor recuerdo del viaje a este pueblo cafetero, también característico por su arquitectura propia de la época republicana y de la colonización antioqueña. El carriel es tan famoso, que es de las pocas artesanías que han ido a parar a manos de tres papas: Pablo VI, Juan Pablo II y Francisco.
Hoy el carriel antioqueño es Patrimonio Cultural de la Nación y desde siempre, un símbolo de orgullo y tradición, que conmemora y celebra las costumbres típicas de los arrieros de esta región.
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